martes, 4 de marzo de 2014

¿Nos están envenenando?

Queridos amigos, quisiera pediros permiso para hacer una reflexión en voz alta.

Hace solo tres días que perdimos a una amiga, antigua compañera terapeuta, victima de un cáncer muy agresivo. Hace pocos meses al marido de otra amiga y también a un antiguo paciente/cliente. Hace algo más de tiempo, a dos familiares, todos por lo mismo. Todos eran gente de alrededor de los 40 años.

Comentando sobre esto con una clienta que es médico, me explicó que hay muchísimos casos, cada vez más.

Habría que preguntarse por qué esto es así cuando “antiguamente” no lo era.

Pues bien, yo creo que la respuesta está en la cantidad de “venenos de acción lenta” que estamos asimilando cada día:

En la alimentación, montones de aditivos químicos para conservar o modificar las características, olor y color, y en definitiva hacer a los productos más atractivos y vendibles, esto sin hablar de las horribles mutaciones genéticas (transgénicos) que producen, por ejemplo,  tomatitos bonitos y todos iguales, sandías sin pepitas… ¡pero que no saben ni huelen a nada! Me parece una barbaridad.

La inmensa contaminación medioambiental producidos por automóviles e industrias y electromagnética con nuestros flamantes móviles, smartphone, tablet, Wi-Fi por doquier, antenas, antenas… ¡Otra aberración!

Malos hábitos como el tabaco o el sedentarismo (ni menciono las drogas).

Los cosméticos modernos sintéticos  de alta tecnología, rápidos y efectivos que se consiguen mediante la síntesis de nuevas partículas artificiales que no existen en la naturaleza, acompañadas por conservantes, colorantes y mil aditivos químicos.

Los productos de limpieza y desinfección del hogar con químicos poderosos pero tóxicos, los cacharros de plástico para guardar la comida…

Etc, etc, etc.

Tal vez debería haber titulado este post “Nos dejamos envenenar”. Ya se que es complicado pero podemos intentar minimizar este impacto sobre nuestra salud eligiendo alimentos “biológicos”, no fumando, haciendo ejercicio moderado, utilizando cosmética natural y ecológica, limpiando nuestro hogar con productos ecológicos, no abusando de móviles y wi-fi, cocinando de la forma correcta, realizando actividades de “aire libre”, etc.

Aunque nos lo pongan difícil, está en nuestras manos luchar contra ello y mejorar nuestra salud presente y futura, y en especial, y muy importante, la de nuestros hijos.